martes, 17 de diciembre de 2013


Conclusión del “Plebiscito”: ¡MÁS SOCIALISMO!

Viendo los resultados de las elecciones municipales, la militancia chavista y todos los sectores revolucionarios, nos merecemos algunas reflexiones, algunas conversas, algunas acciones. Este año difícil de siembra del Comandante Eterno en el corazón del pueblo, de una forzada reelección presidencial con una campaña de dos semanas, un sabotaje económico sistemático orquestado por las organizaciones de la burguesía asociada, ha sido un año imprevisto. Nadie pensaría hace tres meses que estos resultados electorales serían tan favorables como los que tuvimos. Pero así fueron.

Al bueno para nada, fabricado líder de los medios, le fue mal por bocón, por prepotente. La burguesía y el imperialismo han cometido constantemente el mismo error en los últimos catorce años, han subestimado siempre al pueblo trabajador y sus organizaciones, haciéndolo ver como un pueblo confundido, caudillista, mesianista, resentido, irracional, sin capacidad de reacción, flojo y manipulable.

A pesar de algunas desilusiones que tuvimos, algunos deseos a buenos luchadores que se postergaron y no se concretarán “por ahora”. Es importante, compañer@s y camaradas, no perdernos en la parte y más bien, aproximarnos a la totalidad, evaluando estos resultados en su conjunto. Solo así nos damos cuenta de que a pesar de derrotas parciales en algunas ciudades y después de esta feroz guerra económica:

- Ganamos 255 y perdimos 82.

- 255 es muchísimo mayor a 82.

- Nacionalmente, ganamos con una diferencia de 1.203.500 votos.

- Aumentamos la diferencia en un millón de votos respecto al 14 de Abril de este año.

- Ganamos 30 de los 40 municipios más poblados.

- El margen de diferencia que subió de 1.5% el 14-A a más de 11% el 8-D.

- Ganamos el 70% de las alcaldías en el estado Miranda y numéricamente hablando, también fuimos mayoría en el estado base del actual vocero impuesto a la oposición.

Políticamente, es una victoria para la esperanza revolucionaria mundial, y en consecuencia, un revés inesperado para el imperialismo que cocinó a fuego lento la derrota continental y soñó que Venezuela estaba en su punto. ¿Cómo paso esto?

Nuestras humildes conclusiones:

El nivel de conciencia del pueblo venezolano que hizo tremendas colas, enfrentó guerra psicológica y chantaje brutal, ha crecido enormemente. Fuimos el pueblo del Caracazo ahora con una condición política mayor, pues, los saqueadores de siempre, nos presionaron para provocar un estallido social y así justificar una guerra civil. En cambio, lo que le dimos fue resistencia, movilización y una pela electoral a través de los cauces democráticos que hemos venido construyendo.

El aparato electoral se ha venido afinando y la dirigencia entendiendo que debe haber cada vez más coherencia orgánica y seguimiento a la movilización del partido. Además, también se entendió que la arrogancia no paga y que la unidad democrática de l@s revolucionari@s pasa por la construcción de acuerdos y el reconocimiento de espacios y de la diversidad revolucionaria.

La respuesta a la guerra económica con una gran contraofensiva, inclinó violentamente la balanza de la opinión de las masas a favor de la revolución. Una vez derrotada la tesis de la conciliación de clases como una táctica para ganar tiempo, pasamos a una ofensiva que Nicolás Maduro encabezó y que le mostró al pueblo las razones para la lucha de clases. Le explicó y demostró ante las cámaras y todo el país, como la burguesía cínica roba descaradamente y se ampara en la falta de dólares para seguir robando al país y desangrando nuestras finanzas. Mejor aún, en esta batalla electoral, se reafirma la vía hacia al socialismo como el programa que gana a las masas trabajadoras. La conclusión: Conciliar es perder, ¡Luchar es Ganar!

Los movimientos sociales y organizaciones de base de todo el país, sostuvieron una lucha férrea contra la propaganda manipuladora del fascismo y contra las mafias empresariales, siendo el real muro de contención junto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que se mantuvo incólume como garante de la revolución.

Además, debemos decir, que la lucha no solo fue contra el enemigo de clases más evidente, como las cúpulas empresariales, también fue contra el oportunismo, de derecha o de izquierda, en las filas del gobierno revolucionario. Quienes insistían en las tesis conciliadoras y enmascaraban las acciones saboteadoras de la derecha, haciéndolos ver como puros buenos comerciantes que sufrían por la falta de dólares, esos también fueron derrotados. En la otra acera, el oportunismo de izquierda, que insistió todo el año tras la muerte del comandante Chávez, en generar dudas y desconfianzas en el pueblo, sobre la capacidad del liderazgo de Maduro, sobre la consecuencia de Maduro para la continuidad del camino revolucionario, quedaron derrotados. Ese sector de supuesta izquierda que muere por dirigir la revolución y aprovechando este momento de confusión pretendió acumular fuerza y número de adscritos, generando dudas en la dirección de Nicolás, fue duramente derrotada. Nicolás se legitimó como liderazgo capaz de dirigir este país hacia el socialismo y lograr la definitiva independencia.

Quedan muchas cuentas que sacar y enormes desafíos en las ciudades, que no se pueden resolver con la ecuación del asistencialismo, sino con mayor trabajo formativo, de lucha ideológica en que las organizaciones que pretenden ser revolucionarias, debemos volcarnos. Está visto que a pesar de los grandes esfuerzos dirigidos a conquistar aceptación de las clases populares con entrega de beneficios materiales y panfletos, hay un sector de las ciudades presa de la tecnocracia de consumo dirigido, que está completamente extraviado. A ese sector, que es parte de la misma clase trabajadoras, el discurso trillado le rebota. Requerimos analizar el contexto real de la acción y el discurso revolucionario para incidir en esas masas. En esos municipios que ganó la derecha, debemos planificar desde ya nuestra retoma, arraigando el trabajo formativo, organizativo y agitativo de masas. Porque como dijo el comandante Fidel, “no hay 4 millones de oligarcas”, mucho menos 7 millones. Ni siquiera en municipios donde históricamente se ha instalado la derecha, como Chacao, la burguesía es mayoría, solo que es hegemónica ideológica y culturalmente.

Sin embargo, hay que decir, que tampoco es cierto que en muchas de esas ciudades hayamos perdido. Si revisamos los índices, en comparación con los resultados del 14 de abril, en Maracaibo subimos de 40,31% a 46,64%; en Iribarren subimos de 43,14% a 46, 07%, en Sucre subimos de 43,85% a 44,51% y en Sotillo subimos de 45,52% al 50%. Esos son los resultados aunque la prensa internacional quiera ocultar el descalabro de la derecha venezolana y lavarle la cara. Esa es la realidad, incluso en los pocos municipios que perdimos, perdimos ganando.

No obstante, sabemos que este año que va a comenzar, tendremos una ventaja enorme: no habrá elecciones. Y eso nos permitirá desarrollar una lucha en un contexto internacional más favorable, para profundizar el socialismo en todos los ámbitos de la vida social, sin debatirnos en el estrecho marco del cuidado democrático electoral burgués. Tenemos cancha para profundizar la democracia socialista, comunal, popular y revolucionaria. Hagámoslo. ¡Seamos Realistas, Exijamos lo Imposible!

¡Con Chávez y Maduro, Hasta la Victoria Siempre!

¡La Unidad Cívico-Militar-Popular es Invencible!

¡Te Cumplimos Comandante!

Dirección Nacional

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