Esta operación no es más que lo que hoy ya conocemos como "Guerra Económica", la cual va mucho más allá de esconder y acaparar productos de primera necesidad de la población para presionar la salida abrupta de nuestro compañero Presidente, Nicolás Maduro, al frente no sólo de la Presidencia de la República, sino de acabar de una vez por todas la Revolución Bolivariana que este pueblo decidió construir junto al Comandante Chávez. Si bien ese es el objetivo principal, es necesario reconocer que esta vez el enemigo ha incidido de manera directa sobre nuestras necesidades para acabar con su moral.
Hoy ya es incuestionable reconocer que los responsables de que tengamos que hacer largas colas para conseguir los productos de primera necesidad, son los mismos que hace un año asesinaron a 43 venezolanas y venezolanos para hacer ver al mundo que estábamos en una "dictadura represiva" e intentar aplicar la estrategia Ucraniana del Golpe Suave (que de suave no tiene nada). Son los mismos que el 11 de Abril de 2002 mataron a venezolanas y venezolanos para perpetrar un golpe de estado burgués, y los mismos que en diciembre de ese año realizaron un paro petrolero y empresarial. No cabe duda de que son los mismos enemigos con diferentes estrategias.
Por eso hoy, en el marco de la conmemoración del 4 de Febrero, desde el Colectivo Social SURCO queremos enviar dos mensajes. El primero va dirigido al Pueblo Venezolano y nuestros militares patriotas: llegó la hora de demostrar que somos la vanguardia del Continente Americano. Los pueblos del mundo confían en que Venezuela no venderá su Revolución y el legado ejemplar del Comandante Chávez por pañales, champú y detergente. Es hora de demostrar que nuestra moral es nuestra arma y la conciencia la fortaleza donde resistiremos todos los ataques de nuestros enemigos de clase.
Y el segundo mensaje va dirigido precisamente a nuestros enemigos de clase, a la burguesía nacional, la derecha política venezolana, y sobre todo, al imperialismo yankee: este pueblo no se ha arrodillado ante sus pretensiones, y en el supuesto negado de que lleguen a atentar contra la vida de nuestro compañero Nicolás Maduro, o de cualquier dirigente popular, esta Revolución, este pueblo sabrá responder de la manera más contundente y ejemplarizante en contra de esos enemigos de clase que no descansará hasta que sea el mismo pueblo quien lo detenga, porque en nuestra sangre corre la guerra de nuestros pueblos originarios contra los conquistadores, la guerra de Independencia, la guerra Federal… llevamos en nuestros genes un legado de luchas que está vivo en nuestros corazones, y brotará, como brotan los cantos en los tiempos de cosecha, para la defensa de nuestra Patria.