Yasmin Chauran Aray
Después de ocho años con Rangel Gómez al frente de la Gobernación, creo que no existe nadie con sensatez que no tenga decenas de razones para darme la razón por aquello planteado hace casi dos lustros. Pues debo recordar que la batalla de Rangel contra el pueblo guayanés se remonta a su gestión al frente de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), donde fue objeto de las primeras Asambleas de Ciudadanas y Ciudadanos exigiendo su salida, por antipopular y contrarrevolucionario.
Como nuestra memoria es un tanto selectiva e imperfecta, vale recordar algunos detallitos que han caracterizado la gestión de estos últimos 8 años. Cuando Rangel fue presidente de la CVG le hizo la guerra al proyecto “Todas las manos a la siembra” y al cooperativismo, pero al mismo tiempo favoreció como nunca antes la relación de nuestras empresas básicas con empresas transnacionales, con acuerdos leoninos a favor de estas últimas. El 11 de abril de 2002, en un punto de inflexión en el proceso revolucionario, en pleno golpe de estado, ante las cámaras de TV Guayana, retransmitido por Globovisión (hecho público y notorio) renunció a la presidencia de la CVG, se desmarcó no sólo del gobierno, sino del propio Hugo Chávez, y remató poniéndose a la orden del ejército para que le asignara otras responsabilidades en el nuevo gobierno (la dictadura de Pedro Carmona). Eso, según mi concepto, se llama traición aquí, en Pekín, en Moscú, en la Habana o incluso en New York. Pero traición a quién, ¿al pueblo?, no, a Chávez, que fue quien lo postuló a la gobernación. Por ello, tengo tiempo oyendo a camaradas decir que votan por Rangel con un pañuelo en la nariz sólo “porque Chávez lo postuló”. Entonces este pueblo nunca ha querido a Rangel ni ha creído en él, pero muchos siguen usando pañuelos, aunque creo que estos al fin se agotaron y estamos superando esa inercia política.
Rangel, cual Señor Feudal, controla al menos 54 emisoras de radio y tres periódicos regionales de gran volumen, los cuales violando el más elemental respeto a la verdad, nos dicen a diario que este estado tiene una gobernación “eficiente” y que su máximo representante es el candidato de la revolución porque ha demostrado su “lealtad” al líder.
La “eficiencia” de Rangel Gómez para caotizar este estado no tiene parangón en toda nuestra historia republicana. Rememoremos: nuestro estado Bolívar que ocupa el 28% del territorio nacional y tiene más recursos naturales (hierro, bauxita, coltán, oro, diamantes, madera, agua dulce en cantidad, biodiversidad animal y vegetal, etc.) y hasta infraestructura (minería, refinación, reducción, laminación, extrusión, trefilado, presas para la generación del 70% de la electricidad del país, trenes, dos puentes sobre el Orinoco, al menos tres sobre el Caroní en Guayana, etc) que cualquier país de Europa, que debería ser la plataforma material de entrada al Mercosur y no pura propaganda, que tiene un emporio industrial con la deuda de convertirse en la alternativa no petrolera del país, que consume, nada más entre las empresas del aluminio y Sidor cerca de 2 mil Megavatios de electricidad, suficientes para garantizar el servicio a más de cuatro ciudades grandes de Venezuela, es en realidad el estado más caótico del país. Guayana es el epicentro de los conflictos laborales, por promesas incumplidas, por mafias (desde sindicales vestidas de rojo-rojito, pasando por trenes gerenciales antes blancos y ahora rojo rojitos, hasta llegar al más alto nivel de gobierno estadal también supuestamente rojo-rojito) enquistadas en las empresas que favorecen los intereses transnacionales. Es decir, este gobierno regional, es la continuidad del plan del traidor Rojas Suárez y más aún del desclasado Andrés Velásquez, pues sólo han cambiado los nombres y ha sido muy “eficiente” en profundizar el caos y los problemas sociales.
Basta recordar como este gobernador ha asumido un papel público de convocatoria a protestas utilizando su investidura desde el PSUV. Durante el 2010 y 2011 intensificó el llamado a protestar al presidente de Minerven, sólo por no ser de su grupo y haber impulsado la renacionalización y recuperación de las concesiones mineras entregadas antes a las grandes transnacionales del oro. Finalmente logró su destitución y en su lugar propuso a su operador político Franki Patines (el que entregó el bloque B a las transnacionales). Luego vino la arremetida contra el presidente de Alcasa, cuyo pecado fue desconocer el contrato con la GLENCORE, y ordenar que se suspendiera el envío de metal pues había que dar prioridad al mercado nacional transformador. Esta protesta la desarrolló el ala sindical de la FBT desde el mismo día de su designación por el presidente Chávez y llegaron a protagonizar un paro criminal de 34 días que ocasionó al Estado pérdidas que superan los 14 millones de dólares ¿cuántos hospitales o escuelas se atenderían con este monto?. Recordemos que el propio gobernador Rangel hizo un llamado (público y notorio) por una de las emisoras de radio que él controla: Máxima 99.5 FM, para que las comunidades apoyaran ese paro-sabotaje liderizado por José Gil y Ángel Marcano, cosa que por la conciencia del pueblo no ocurrió. El resultado fue la sustitución de ese presidente por Ángel Marcano, el mismo responsable de la pérdida mil millonaria. ¿Ironía o irrespeto al pueblo y la clase trabajadora?.
Así mismo, descalificó al presidente de SERLACA, hasta lograr la designación de un miembro de la FBT. Y finalmente se empecinaron en sacar al Presidente de Sidor por haber facilitado la investigación y la denuncia contra la mafia de las cabillas, de la cual sólo cayó un alfil (Luis Velásquez, designado por Rangel como jefe de finanzas del PSUV Bolívar ante el CNE), pero que como también fue público y notorio involucraba a familiares directos y cercanos del actual gobernador (al menos se presentan en las investigaciones como presuntos involucrados). Ahora tienen meses detrás de la presidencia de Venalum, sencillamente porque quien la ocupa sustituyó a un cercano colaborador de Rangel. Ni qué decir de la persecución laboral en Hidrobolívar. En conclusión, si no estás con Rangel, estas en serios problemas…
Ese ha sido el accionar político de Rangel, quien al igual que Andrés Velásquez es un hombre de derecha y lo seguirá siendo, aunque ahora se esfuerce por tratar de hablar como el pueblo. La responsabilidad es nuestra. Yo particularmente no tengo ninguna confusión entre lo que significa la disciplina militante y la subordinación por fe, pues no sólo son diferentes, sino antagónicas. Por eso, no acepto el chantaje ni el maniqueísmo de que a las revolucionarias y revolucionarios que practicamos la autocrítica y la crítica nos llamen indisciplinados. Tampoco acepto el uso interesado de la supuesta dualidad hombre-Dios para mi camarada Hugo Chávez, pues los oportunistas dicen cuando les conviene que Chávez es un hombre porque se enferma, pero al mismo tiempo es irrefutable (o sea Dios) cuando postula a algún candidato como suyo. Lo cierto es que Chávez es un gran hombre, un estadista que ama a su pueblo, que como Fidel o el Che ha cometido y es susceptible de cometer errores ¿o se nos olvidó que él nos postuló a Rojas Suárez y éste fue el primer gobernador que en 2002 lo traicionó? (detrás de él iba Rangel corriendo, jajaja). ¿O se nos olvida la traición de Luis Miquilena, de Alfredo Peña (que era jefe del Despacho de la Presidencia), o el desastre de Tarek William Saab en Anzoátegui, y tantos otros y otras que Chávez apoyó en su momento?.
Chávez es un humano sabio, y el pueblo somos muchos humanos que con nuestra suma de sabiduría más temprano que tarde asumimos las riendas de nuestro destino, por eso desde nuestra sabiduría y paciencia popular (parafraseando a Alí Primera) y desde nuestros poderes creadores (recordando los aportes de nuestro Aquiles Nazoa) hoy le decimos al mundo entero, con humildad, pero con firmeza, con la disciplina de practicar la autocrítica como forma de vida militante, que en Bolívar este pueblo organizado de izquierda no vota ni votará más por la derecha, se vista de blanco, de amarillo, de azul o de rojo, por eso impulsamos un cambio pa’lante, desde el pueblo, sin campaña ostentosa, sin recursos económicos, con radio bemba, con perifoneo, con volanteos en nuestras empresas y barriadas, porque le llegó la hora al pueblo, por eso rechazamos por igual a Velásquez, en tanto desclasado y traidor y a Rangel en tanto burgués y por tanto enemigo de la clase trabajadora.
Sé, porque lo he vivido en carne propia, lo que es la persecución fascistoide que se imprime en el estado Bolívar a la crítica, por eso declaro que de ocurrirme algo, que atente contra mi integridad física, sólo espero que no ocurra en vano y pido en cambio que se siembre en cada rincón de esta tierra la semilla de la organización popular, de la formación integral, de la crítica, de la disciplina militante para avanzar y de la conquista del poder político como herramienta para construir las bases del nuevo Estado Socialista. Un abrazo fraterno y hasta la victoria siempre.