martes, 29 de abril de 2014

Plan Sistemático de Conspiración de la derecha contra la Revolución Bolivariana

Plan Sistemático de Conspiración de la derecha contra la Revolución Bolivariana

La situación política actual, está determinada por la ejecución de un plan sistemático de conspiración de la derecha contra la revolución; estructurado en el exterior por representes de la burguesía venezolana a finales de diciembre del año pasado producto de la inesperada derrota sufrida por la MUD en las elecciones municipales. La derecha dirige un plan a mediano plazo el cual busca coronar con el triunfo de la mayoría en las elecciones parlamentarias del año próximo, y desarrollar acciones como las que permitieron la salida de Zelaya en Honduras y Lugo en Paraguay.

Este plan sistemático de conspiración contra la revolución está estructurado por fases, orientadas todas a disminuir el respaldo popular con el cual cuenta el proceso revolucionario y que nos ha permitido el triunfo en cada proceso electoral; la derecha no está dirigiendo un plan que culmine en una guerra civil en nuestro país, muy por el contrario se plantea generar las condiciones objetivas y subjetivas para que sea el mismo pueblo quien derrote por vía electoral nuestra revolución, en su imaginario burgués se creen triunfadores pese a que hasta ahora solo han logrado disminuir la brecha de ventaja electoral con la tolda roja.

Fase de conspiración económica contra la revolución y el pueblo

El desarrollo de las fases se expresa primeramente en la profundización de la guerra económica contra nuestro país, la cual es una política de la burguesía orientada a generar descontento popular y que está logrando sus objetivos; el pueblo se está agotando de las colas para comprar diversos rubros de la cesta básica, entre los cuales se encuentra la leche, azúcar, aceite, harina, mantequilla, café, entre otros; la alza especulativa con el cemento y materiales de construcción, la escasez de gas domestico, así como la subida de precios de todo lo que a la burguesía comercial le viene en ganas.

Es importante profundizar con contenido la denuncia de que es la derecha quien acecha económicamente nuestra revolución con acaparamiento, escasez programada, especulación, contrabando de extracción, dólar guarimbero, inflación inducida, entre otros; pero el gobierno bolivariano no debe eludir su responsabilidad en garantizar el control de precios justos, abastecimiento de anaqueles, reposición de inventarios en establecimientos comerciales y el desarrollo de políticas efectivas que confronten fuera de la lógica burocrática este plan conspirativo de la derecha.

Resulta como necesidad urgente la publicación en Gaceta Oficial de la banda de precios de los productos de la cesta básica, así como la activación de mecanismos institucionales engranados con el poder popular que garanticen de manera efectiva el control y supervisión de la producción y distribución de alimentos y productos de primera necesidad. De igual manera el gobierno revolucionario debe emprender una política económica orientada a superar el fracasado modelo productivo rentista sobre el cual se sostiene nuestro proceso, y el cual anida en su seno profundas desviaciones corruptas, esto no puede ser mera retorica debe pasar a una concreción real, con una planificación que quiebre definitivamente con las improvisaciones que llenan los bolsillos de contratistas permitiendo la instalación de plantas de tomate donde no se siembra tomate, entre tantos ejemplos que pudiéramos citar.

Ciertamente en estos 15 años de gobierno han sido muchísimos los logros alcanzados hasta ahora, se pierde de vista las inconmensurables políticas sociales acertadas desarrolladas por el Comandante Chávez y ahora por el Presidente Nicolás Maduro al frente de la revolución; pero esto no debe llevarnos al pensamiento idealista de que mantendremos el poder mostrando logros que son importantes, pero que se encuentran absorbidos por las dinámicas propias de un estado burgués que se niega a morir, lo cual culmina muchas veces con decepciones de nuestro pueblo, al ver instituciones y empresas del estado direccionadas por escuálidos y guarimberos que responden a mantener viva la lógica del capital; todo esto demuestra que aún nos falta mucho por hacer.

Se hace urgente también desarrollar una justa valoración del trabajo que se está desarrollando en la alta dirigencia de nuestro gobierno, ministerios, instituciones y en las responsabilidades de los dirigentes en los estados, posiblemente el quehacer diario por el enclaustro en los cargos públicos hace que pierdan de vista la disminución del respaldo popular y que no se valore con objetividad las deficiencias y fallas que se están cometiendo, omitiendo muchas cosas y pasando partes informativos al Presidente descontextualizados de la realidad, este elemento también culmina en decepción y es aprovechado por la derecha.

Otro elemento necesario y que el pueblo exige a gritos es que el tema productivo del país no se solucionara solamente reunidos en una “mesa de diálogo por la paz” con los conspiradores, no se puede perder de vista las enseñanzas del Comandante Eterno Hugo Chávez quien siempre promovió la máxima premisa de transferencia de “TODO EL PODER AL PUEBLO” como garantía real de irreversibilidad de nuestro proceso revolucionario, lograr el no retorno de la derecha exógena al poder. Ante esto es urgente que el tema de la producción de alimentos se discuta con los verdaderos productores, los campesinos y campesinas, que el tema productivo industrial se discuta con los trabajadores y trabajadoras. No podemos perder de vista que esta es una lucha de clases y la burguesía no descansará hasta retomar el poder total que les permita garantizar su carácter parasitario y oportunista de vivir a expensas de la renta petrolera sin producir, cosa que no ha dejado de hacer en todos estos años donde ha salido ampliamente beneficiada, gracias a nuestro proceso y que hoy con apetencias de odio quieren derrocar.

Las Guarimbas como fase de la conspiración en la guerra mediática contra el gobierno

En otra fase se le sumaron las guarimbas como expresión mediática que confirme “la desestabilización del país”, lo extraño fue que se desarrollaron en zonas pudientes del país, predominadas por espacios residenciales de la pequeña burguesía en ascenso en Venezuela, en estados y municipios donde triunfa electoralmente la derecha. Las guarimbas como fase de la guerra mediática donde ensayaron sus tácticas de guerra, aprovecharon de grabar cualquier cantidad de videos contra la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, desarrollaron sus campañas de criminalización contra los colectivos revolucionarios y de la supuesta violación de los derechos humanos y donde finalmente, crearon las condiciones para el desarrollo de prácticas de la logística paramilitar que viene operando a nivel nacional en la cual murieron más de 40 compatriotas.

La campaña mediática desarrollada a nivel nacional por los diarios impresos, redes sociales, radio y televisión se pierden de vista, un ataque permanente contra nuestro proceso, enmarcado en los elementos antes mencionados, pero a nivel internacional se pierde de vista la cantidad de materiales audiovisuales que salían al exterior reflejando que en Venezuela está en curso una guerra civil, violación de los derechos humanos y de prensa, entre tantas falacias maquinadas desde laboratorios de conspiración informativa.

Esta fase de las guarimbas estaba orientada además en garantizar la invisibilización de la propaganda revolucionaria, bien sea por vía del miedo sembrado tras amenazar y atacar a dirigentes revolucionarios e identificadas con la simbología a favor de la revolución, así como dañar murales, vallas, afiches y quemar instituciones de la públicas; el fascismo a la par de esto desarrolló sus campañas propagandísticas con cruces, demarcado de supuestos asesinatos en las calles, afiches y pancartas en plazas públicas orientadas con 2 principales consignas las cuales analizaremos más adelante.

Ante todo esto que presupone un avance de la derecha, debemos plantear que la agenda de lucha debe marcarla y salir beneficiado el gobierno revolucionario, Chávez aprovechó cada coyuntura para fortalecer la revolución, ante el golpe de estado del 2002 depuró a la FAN y al ejecutivo, ante el paro petrolero recuperó PDVSA y rescató miles de hectáreas de tierras para entregarlas a los campesinos y campesinas, ante otros intentos de sabotajes recuperó la CANTV, bancos, empresas, entre otros, además de garantizar siempre un control del respaldo popular hacia la revolución.

Es claramente comprensible que el Camarada Presidente Nicolás Maduro viene levantando un liderazgo propio, enfrentando una campaña mediática de descredito desproporcionada por sectores de la derecha y de la misma “izquierda”, lo que el presidente obrero debe tener en cuenta es que en la concepción de nuestro pueblo el líder probado sigue y seguirá siendo el Comandante Chávez, ahora bien lograr un engranaje más efectivo con el poder popular y el gobierno de Maduro, impera efectividad y escuchar críticas necesarias que el pueblo y las organizaciones populares tiene hacia ministros, ministras, directores de instituciones y empresas del estado, críticas hacia gobernadores, alcaldes, jefes políticos de estados, municipios, entre otros. El gobierno de calle en su momento posibilitó y creó escenarios para ello, siendo plataforma de levantamiento del liderazgo de Maduro, pero luego fue absorbido por la dinámica propia de la lógica burocrática donde los discursos de “los y las dirigentes del poder popular” estaban programados con los intereses de la alta dirigencia institucional.

Otra falla enorme cometida a la cual la derecha le sacó punta mediática fue no darle continuidad a la ofensiva económica que se emprendió en diciembre, la política de protección del salario y las utilidades de las trabajadoras y trabajadores, amplió el respaldo popular hacia el Presidente, pero al no darle continuidad y desarticular el Indepabis como fuerza operativa pese a todas fallas que podía presentar, quedó la ofensiva económica como una simple política electoral que logró su objetivo y murió.

La fase más compleja a la que nos enfrentaremos comprende asesinatos selectivos y sembrar mayor terror contra la dirigencia revolucionaria

Lo que está ocurriendo en Venezuela es parte de la lucha de clases, el desarrollo de diversas fases del plan sistemático de conspiración contra la revolución y el pueblo, está llegando a una de sus últimas fases que en el ideario de la gente ya cuenta con una campaña mediática bien orquestada donde los elementos principales fueron “la escasez” la cual venia acompañada de un profunda guerra económica ya mencionada, y “No Mas balas” la cual comprende una fase más cruenta donde se desarrollará una guerra de baja intensidad donde asesinaran de manera selectiva a dirigentes políticos populares revolucionarios que tengan capacidad de dirección en otros plano de la lucha política.

La derecha desarrollará esta fase con amplio apoyo económico y logística paramilitar, donde buscará entre otras cosas sembrar terror en la dirigencia revolucionaria, ya antes venían poniendo en práctica esto, con las amenazas e intentos de quemar las viviendas de dirigentes revolucionarios ahora concretaran sus planes de manera sigilosa, en una guerra que pone el escenario más difícil, ya que en las guarimbas ellos tenían sus teatros de operaciones bien definidos, se podía con un plan preventivo determinar posibles blancos, pero ahora una derecha fascista silenciosa pero igualmente violenta, sembrará miedo y zozobra con acciones de baja intensidad pero que nos dejan propensos a tener bajas considerables de líderes revolucionarios donde la derecha no puede penetrar que es en los barrios populares.

La concreción efectiva de esta fase de confrontación demostrará la falta de sensibilidad y humanidad de la derecha, pues para responder a la creación de condiciones subjetivas en pro de su objetivo de quitarle respaldo popular al gobierno por medio de la acción mediática, asesinará a factores sensibles que se encuentren incluso en sus filas (dirigentes políticos de derecha, actores, actrices, periodistas, entre otros). La fase del terror que pretenden ejecutar la oposición fascista ya viene teniendo sus resultados con la Muerte del camarada dirigente revolucionario Eliecer Otaiza, este es el preámbulo de lo que ejecutaran nuestros enemigos de clase, ante ello para la dirección política de nuestra revolución y los dirigentes populares solo nos corresponde extremar las medidas de seguridad y poner en práctica el sentido conspirativo revolucionario que preservó la vida de la izquierda en los gobiernos de derecha.

El plan sistemático de conspiración de la derecha es parte de la agenda imperialista contra nuestra revolución

El imperialismo como fase superior del sistema capitalista mundial, pone en práctica su condición de amos y señores de la tierra por medio del reparto del mundo entre las grandes potencias, la grave crisis económica internacional que demuestra el fracaso del capitalismo lleva a las grandes potencias imperialistas a explorar territorios en búsqueda de apropiarse de materias primas baratas y la destrucción por medio de la guerra de fuerzas productivas que posteriormente puedan reconstruir en el marco de la supuesta “solidaridad internacional”; ese escenario esta a la orden del día en Venezuela, como en una tabla de ajedrez el imperialismo mueve sus piezas para coronar la derrota de los pueblos que luchan por la autodeterminación y emancipación.

Este escenario lo han ejecutado anteriormente en Afganistán, Irak, Libia, Siria, Ucrania, Irán, entre otros, en algunos les ha funcionado el plan de dominación y en otros como Siria e Irán se han visto en la necesidad de retroceder. El enemigo no es solo EEUU, son las grandes potencias imperialistas en su conjunto, ahora bien, en el caso de Venezuela, Estado Unidos representa nuestra principal amenaza ya que estos nos ven con la apetencia que genera exceso de salivación propia de la hambruna energética de una potencia imperialista en decadencia y agobiada por una profunda crisis económica y que conoce muy bien nuestras riquezas petroleras, gasíferas y minerales, entre otras.

Por eso el imperialismo norteamericano no ha descansado en financiar los planes conspirativos de la derecha venezolana que puedan poner en jaque nuestra revolución. Ante ello es más urgente que nunca, hermanar los lazos con los pueblos latinoamericanos y del mundo en función de demostrar cuál es el escenario real que confronta la revolución en Venezuela, y así tumbarle el juego mediático internacional financiado por las potencias imperialistas de EEUU y la UE, que pretenden llegar a un punto donde estas consideren necesaria la intervención por supuestos delitos de lesa humanidad, uso de armas químicas contra protestas pacíficas y cualquier sarta de mentiras ya usadas para intervenir Irak, Libia y Siria.

Solo la organización y disciplina revolucionaria derrotará la conspiración burguesa contra nuestra revolución

Derrotar este plan conspirativo presupone un gran combate a lo interno y a lo externo, en lo nacional e internacional, siendo una tarea desde la organización revolucionaria más pequeña hasta el PSUV dirigido por el gobierno, pero para ello debemos, hace falta y es urgente, tener el tacto y olfato político que siempre caracterizó a nuestro Supremo Comandante Chávez al percibir lo que el pueblo quería. Es necesario que el pueblo revolucionario y el mismo Presidente Obrero Nicolás Maduro den una profunda revisión del Golpe de Timón planteado por el Comandante Eterno el 20 de octubre del 2012, poner en práctica esa autocritica de los errores hecha por el Comandante Chávez permitirá evaluar e identificar lo que hemos hecho y dejado de hacer hasta ahora.

Esta batalla contra la burguesía y el imperialismo será derrotada con organización popular, pero antes de llegar a la organización, es urgente desarrollar una profunda campaña de formación ideológica de nuestra base. El Padre Bolívar decía: “Nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza”, “un ser sin estudio es un ser incompleto”; no contribuyamos a que el plan de la derecha se concrete, hagamos desde la base lo que nos corresponde hacer, el gobierno hará lo que le corresponde, pero sin duda la correlación de fuerzas a raíz de la organización popular será indetenible si va acompañada de conciencia y un programa de lucha orientada a derrotar al enemigo de clases. La tarea es nuestra y es hoy.


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