viernes, 21 de octubre de 2011
Sobre el papel de la clase trabajadora en Venezuela
Venezuela, como ya el mundo lo conoce, se encuentra en un proceso de transformación social revolucionario que tirará al trasto del olvido la estructura capitalista, la cual a establecido en la sociedad un orden general, materializado en condiciones objetivas que permiten la subsistencia del sistema capitalista, alimentado por las diversas subjetividades alienadas que reproducen y mantienen vivas esas condiciones objetivas
, es decir, las condiciones objetivas y subjetivas se relacionan dialécticamente para que el sistema del capital prevalezca.
La tarea de los revolucionarios y revolucionarias es estructurar un nuevo orden hegemónico social donde se establezcan e imperen relaciones sociales de producción controladas y gestionadas por la clase trabajadora consciente y organizada, es allí, donde está la enorme responsabilidad de la clase proletaria en Venezuela. Surge entonces la gran interrogante, ¿cómo lo logramos?, ¿cómo avanzamos hacia la construcción de la sociedad socialista?.
No es un secreto, que la clase trabajadora bolivariana no ha descifrado aún la forma de cohesionar el carácter de los métodos de lucha para concretar el avance socialista, sin embargo, se han dado enumerados intentos en función de ello, no ha sido suficiente, en principio, las organizaciones de los trabajadores y trabajadoras y los movimientos sociales deben fusionarse en un espacio que los aglutine estratégicamente, permitiendo trascender sus luchas particulares y locales que los acotan a espacios parcelarios y fragmentadores, limitados por sus intereses inmediatos. Esta forma de organización debe ser un partido revolucionario que logre conjugar voluntad única y disciplina firme con miras en la conquista del tan deseado territorio Socialista. Pero, ¿qué nos une como clase para permitirnos ese espacio organizativo?, la unidad está, en la lucha por el derrumbe del estado burgués imperante, está, en la instauración de nuevas relaciones sociales de producción, hecho que pasa por la Socialización de los Medios de Producción hegemónicos que se encuentran en manos de la clase burguesa, minoritaria y aún dominante, para ponerlos al servicio de la sociedad y de las mayorías explotadas, en definitiva, nos une la necesidad de crear un nuevo estado social de derecho y de justicia controlado por las mayorías conscientes y organizadas, es decir, la conformación del Estado Proletario o Estado Comunal.
Este Estado Proletario, debe instituirse y hegemonizarse en las relaciones económicas, políticas, ideológicas, psíquico-sociales, jurídicas, territoriales, internacionales, entre otras. En el proceso creativo de este nuevo modelo social se deben fundar en cada uno de los aparatos productivos una Dirección de Producción Social, que abarque todos los componentes de la producción e involucre a todas y todos los participantes de la actividad laboral, esta Dirección debe tener como directrices: La Planificación social de la Producción, El Conocimiento, Manejo e Implementación de nuevas Leyes Económicas Objetivas y nuevas formas de organización del trabajo que tengan como centro el carácter Social de los Medios de Producción, todos ellos articulados por la ideología del trabajo. Estos elementos se pueden cumplir si toda la masa laboral independientemente del lugar que ocupe reproduce una unidad sociopolítica e ideológica consciente.
Marx, en su obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte señalaba que, “Las revoluciones proletarias se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado para comenzarlo de nuevo desde el principio, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos.” Así que, el camino está trazado, es urgente hacer a un lado la mezquindad, los lados flojos, las indecisiones. Las explotadas y explotados de Venezuela estamos llamados a organizarnos conscientemente, a unificarnos para imponer la Revolución Socialista, haciendo extensible la medicina del trabajo, contra el cáncer del capital, a nivel mundial.
Ernesto Silva