sábado, 26 de noviembre de 2011

Manifestantes contra el consumismo en EE.UU.

El Día de Acción de Gracias, el último jueves de noviembre, antecede al Viernes Negro, la fecha en que comienzan las ofertas de fin de año y la temporada navideña, ocasión aprovechada por los grandes comercios para hacer sus mayores ventas.


El grupo llamó a los estadounidenses a declarar el día de no comprar nada y con ese fin ocuparán hoy un centro comercial de la cadena Wal-Mart, en la ciudad de Seattle, el estado de Washington (oeste), entre otras acciones.

"Con su larga historia de maltrato a los empleados y proveedores, su reciente anuncio de recortes al seguro de salud de los trabajadores y sus ingresos obscenos, Wal-Mart es ejemplo de cómo el 99 por ciento sufrimos en manos del uno por ciento de la población", señaló el portal web de los manifestantes.

Mientras, muchos comercios del país adelantaron para la medianoche del jueves la apertura de sus puertas, en un intento de atraer a los consumidores y contrarrestar las protestas.

Según el sitio http://occupywallst.org "justo mientras que se desalojan vuestros campamentos, os echan spray de pimienta a los ojos y os golpean la cabeza, otro grupo de gente se está preparando para acampar".

Sólo, agrega, que esta gente no está aquí para apoyar OWS, sino para asegurar su sitio en la cola para otro Viernes de Super Rebajas en Target o MacyÂ�s, dos de las principales cadenas del país.

Hoy, señala, cuando se efectúa el Viernes Negro comenzamos la campaña en la que estableceremos el tono para unas navidades diferentes que culminarán en Ocupa las Navidades.

En tanto continúan las protestas del 99 por ciento en contra de la avaricia corporativa, aprovechemos la ocasión para golpear al imperio donde más le duele: en la cartera, plantean.

El jueves manifestantes de Nueva York realizaron una fiesta comunitaria y por la unidad, que denominaron "Ocupemos Acción de Gracias", para celebrar la principal festividad de las familias estadounidenses.

Además de ofrecer comida libre de costo, indígenas, líderes religiosos y comunitarios, así como activistas aprovecharon la ocasión para alzar sus voces a favor de la mayoría estadounidense, que enfrenta una severa contracción financiera.

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