domingo, 27 de noviembre de 2011
Nueva aplicación de implante de células madres para regenerar hueso arrojó resultados positivos
Suman cinco los pacientes sometidos a este tratamiento experimental realizado en el HUC con apoyo del IVIC. Sólo el primero y el último han sido presentados; los especialistas aseguran que los tres restantes evolucionan satisfactoriamente
Investigadores de la Unidad de Terapia Celular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y médicos traumatólogos del Hospital Universitario de Caracas(HUC) presentaron ayer un nuevocaso exitoso de tratamiento experimental con células madre para regenerar hueso.
El método desarrollado por estos expertos favoreció en esta oportunidad a un niño que presentaba un defecto de formación ósea en la pierna. “Tiene 10 años de edad lleva 11 operaciones; es decir, más de una por año. Ahora que se curó con el tratamiento de células madres, después de 10 años al fin puede caminar, pero no sabe. Por ello, se le colocaron unos zapatos especiales; tiene una pierna más corta que otra (unos 11 centímetros de diferencia), la cual hay que estirar posteriormente”, señaló el jefe del Servicio de Traumatología del HUC, César González.
En agosto del año pasado, estos mismos especialistas presentaron los resultados del primer paciente sometido a este tratamiento experimental, el cual fue operado en 2009. “Es una persona de 84 años, tenía una osteomielitis (infección ósea) de tibia y peroné, con una úlcera gigante en el tercio inferior y anterior de la pierna, que le abarcaba 360 grados. Asimismo, exposición de huesos y tendones”, recordó González.
En este paciente, al que todos los médicos le querían amputar la pierna, la operación con células madres sorprendió mucho porque los resultados fueron muy satisfactorios.
Hasta la fecha, suman cinco los pacientes sometidos a este tratamiento experimental con células madre para regenerar hueso, emprendido por el HUC con apoyo del IVIC. Los especialistas aseguran que los otros tres casos no divulgados aún presentan evoluciones “muy satisfactorias”.
as células madres que se le implantaron a estos cinco pacientes se denominan mesenquimales. De acuerdo con el jefe del Centro de Medicina Experimental y de la Unidad de Terapia Celular IVIC, José Cardier, son las que actualmente tienen más aplicación médica en el ser humano.
Explicó el científico que esas células se obtienen de la cresta ilíaca (hueso de la cadera). Describió que bajo anestesia, en un quirófano, se le extrae médula ósea a la persona que va a ser autotrasplantada, pinchando la mencionada pieza ósea.
“Es como extraer sangre. Ahí hay células madre, pero como son muy pocas, tienen que llevar al laboratorio para hacer que se multipliquen en un periodo de tres a cinco semanas”, añadió.
Y continuó: “De muy poquitas tenemos que llevarlas a cientos de millones, por eso pasan mucho tiempo en el laboratorio”.
Cardier especificó que para regenerar estructuras óseas las células madre mesenquimales tienen que ser procesadas para transformarlas en osteoblastos, que son células regeneradoras de hueso; y en células endoteliales, que son para renovar los vasos sanguíneos.
“Son estos dos tipos de células las que traemos hasta acá (al HUC) para que se implanten al paciente. Ese trabajo lo hace el equipo de traumatología”, destacó.
“Lo que estamos haciendo lleva años y vamos poco a poco por los riesgos que tiene”, subrayó José Cardier, quién denunció que en Venezuela se presenta “un problema gravísimo” con pacientes que están recibiendo tratamientos con células madres sin ningún soporte científico, y que por esos abordajes terapéuticos no autorizados están pagando entre 20 mil y 40 bolívares.
“Es decir, se están enriqueciendo grupos médicos y no médicos en todo el mundo. Hay medios de comunicación que también se prestan a este tipo divulgación, y nunca se exponen como lo hacemos nosotros para debatir o informar de una manera científica lo que estamos haciendo”, acotó.
Cardier explicó que antes de aplicar este tratamiento experimental a los pacientes, el IVIC hizo investigaciones en frascos. Luego en colágenos y también en ratones, para comprobar que el método realmente forma hueso. “En conejos -añadió-, se hicieron lesiones de huesos y se pusieron las células, y se observó que se formó . Eso es lo que llaman pruebas preclínicas”.
Destacó el especialista que todas las instituciones que quieran trabajar con células madre tienen que ese protocolo: “Somos los únicos que hacemos esto y por eso exigimos a las autoridades de salud y a las instituciones que quién quiera trabajar con células madre debe hacerlo de esta manera”.
Enfatizó que es muy importante contar con aprobaciones de comisiones de bioética e informarle al paciente qué es lo que se le va a hacer, “cosa que no se ha hecho con centenares de pacientes”.
Madre del niño beneficiado
“A los tres meses el pediatra le diagnosticó a mi hijo una malformación en la pierna. Entonces, me fui al San Juan de Dios, uno de los mejores hospitales. Ahí le hicieron dos operaciones. La segunda no resulto y se le redujo la pierna. Luego estuve en el Militar, en el Ortopédico, y en todos los hospitales que pude.
Con una de las tantas operaciones (lleva 11) caminó con un fijador externo, pero se cayó y se partió el hueso. Luego continuaron las operaciones. Ahora, con las células madres, gracias a Dios, pudo caminar.
Yo quiero que todas las personas que están desorientadas vean en el caso de mi hijo que tienen una puerta abierta en el Universitario y el IVIC.
Me dijeron que era un experimento, pero yo con tal de salvarle la pierna me arriesgué a todo, y lo arriesgué a él. A Dios gracias, después de años ya está caminando”.
Primer implantado
“Yo he mejorado. Ya dejé la andadera; la silla (de rueda) la cargo de repuesto por ahí, por si acaso. Me siento con más optimismo y muy seguro de que Dios me va a proteger siempre, y de que la ciencia médica me va a terminar de solucionar el problema.
Me han invitado a bailar, y yo me aguanto una pierna y muevo la otra. Más o menos ya puedo bailar. La diabetes la tengo controlada, últimamente sólo he tenido la tensión alta, pero parece que es emocional. Ando tomando mis medicamentos.
Tengo 84 años, pero mi coco está excelente”.