Según algunos medios, fue allí donde EE. UU. usó un avión militar no tripulado Predator para espiar a los activistas igual que en Afganistán o Pakistán, aunque se trataba de una protesta pacífica por la injusticia del sistema económico y financiero del que beneficia sólo el 1% de la población.
Algunas fuentes policiales anónimas señalan que en Los Ángeles los agentes secretos se infiltraron en el movimiento Ocupa LA y estuvieron espiando a sus activistas con el pretexto de localizar a aquellos que supuestamente llevaran armas. Además, los oficiales analizaron detalladamente las imágenes de las cámaras de vigilancia cercanas a la zona de la manifestación, así como los mensajes y vídeos distribuidos en las redes sociales.
Ocupa la costa este al estilo Oakland
El movimiento social planea volver a manifestarse ocupando masivamente los puertos a lo largo de la costa este de EE. UU. este 12 de diciembre. Sería una tarea difícil debido a las grandes dimensiones de algunos puertos y su sistema de seguridad. El pasado 3 de noviembre, más de 4.500 manifestantes impidieron el normal funcionamiento del puerto de Oakland, el tercero más importante en el Pacífico estadounidense.
Con violencia no se calma al pueblo
En los últimos casi tres meses del movimiento de ‘indignados’ muchas ciudades de EE. UU. han atestiguado la brutalidad policial y han conocido de cerca su arsenal ‘de guerra’: desde porras, gases pimienta y lacrimógeno y balas de goma, hasta bombas sonoras y armas pesadas.
Sin embargo, después de cada redada los ‘indignados’ buscan un nuevo lugar para ocupar, comprobando las palabras de sus activistas: la violencia y la falta de libertad de expresión no servirá para calmarlos.