En una Comisión Rogatoria Internacional (CRI), fechada el 2 de enero, que investiga las acusaciones de tortura y actos de barbarie presentadas por los tres ex detenidos, pide realizar un informe oficial "en la base estadounidense de la bahía de Guantánamo".
Los tres querellantes franceses --Mourad Benchellai, Nizar Sassi y Khaled Ben Mustapha-- fueron detenidos a fines de 2001 en la frontera entre Afganistán y Pakistán y permanecieron en Guantánamo hasta que regresaron a Francia en 2004 y 2005.
En su CRI, la jueza Clement pide a las autoridades estadounidenses que le permitan tomar conocimiento y nota de todos los documentos en su poder relativos a los tres denunciantes franceses.
La magistrada solicita concretamente los documentos relativos a las condiciones de su detención, de su traslado y su encarcelamiento en un campamento militar en Kandahar (Afganistán), y su posterior traslado y detención en la base estadounidense de Guantánamo.
Clement, que requiere todos los documentos sobre los fundamentos y las modalidades de las operaciones llevadas a cabo en Afganistán y en Pakistán, también quiere identificar e interrogar a todas las personas que estuvieron en contacto con los tres franceses durante su detención en Kandahar y Guantánamo.
La magistrada investiga desde 2005 presuntos hechos de secuestro y detención arbitraria. En 2009, obtuvo la autorización de incluir en la investigación eventuales actos de tortura y barbarie.
Los tres denunciantes franceses pasaron entre 11 y 17 meses detenidos. El año pasado, fueron condenados por un tribunal francés a un año de cárcel por terrorismo, pero apelaron inmediatamente la sentencia.
En su pedido a las autoridades norteamericanas, la jueza comunica el detalle de las denuncias de los tres franceses que denunciaron haber sido golpeados, humillados y maltratados, tanto en Kandahar, donde fueron entregados a los militares estadounidenses, como en Guantánamo.
Según el abogado de dos de los franceses, William Bourdon, el pedido de Clement no tiene precedente y debe permitir la identificación de los responsables de estos secuestros arbitrarios y de la tortura a la que fueron sometidos los tres detenidos.
El 11 de enero de 2002, los detenidos llegados de Afganistán empezaron a ser encarcelados en las celdas a cielo abierto en la base naval estadounidense que Washington alquila a Cuba en virtud de un tratado cubano-estadounidense de 1903.
El presidente norteamericano, Barack Obama, había anunciado pocas horas después de asumir el poder en Estados Unidos, en enero de 2009, que iba a cerrar la cárcel en el plazo de un año. Pero aún quedan 171 detenidos, de un total de 779 que pasaron por la prisión en la última década.